martes, febrero 09, 2010

Claro que lo sé

Está claro que lo sé
Como el agua del mar te muestras
Revoltijo incesante de espuma
cochayuyo y arena.

Muestras sólo tu parte real
Mientras la inmaterial la escondes
La dejas para otros más cercanos
en espíritu y en silencio

Y ya sabes, esas no son mis virtudes
para qué las buscas
para qué las impones
Mejor mata
no trates de no revivir
Que es facil ser fácil
a las líneas de la mano
a los silencios extraños de 20 segundos
y luego colgar

Si no es mi juego dímelo rápido
mira que el candor se pone pálido si lo pides
mira que la vid es un camino bastante asiduo
y las mies están llenas de obreros esperando su turno

Si supieras cuánto yo quiero dar frutos
(mis frutos, no los ajenos)
terminarías creyente,
aunque estés presente o ausente
cóndor o golondrina
libre de usos y estampillas

Está claro que lo sé
aunque espero tu manifiesto
porque el juego es simple:
si me alimentas yo te alimento
si te alimento tú me alimentas
juntos
nuestro banquete
nuestra banqueta
a la orilla del camino
por mientras pasan las personas, los autos, los perros, los pájaros y todo va volviéndose anaranjado y luego negro y luego anaranjado y luego celeste, o gris y los años y la felicidad se hacen uno con el uno y no la tristeza, la inconsciencia del daño y el no sentir invaden media parte y la otra se llena de extrañeza.
Esto, si es que existe un entero contemplar. Si es que existe un eterno regocijo.
Sólo si sumamos
uno más dos
ochentamilsiete.
si no, no vale.
buenas noches.

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