sábado, septiembre 30, 2006

Fin del jugo

Sabemos por sílabas inconexas que sólo procederemos como quién sabe.
Sobramos, por ende, sin sentirlo o visualizarlo.

¿Dónde está el sol?

¿Dónde está la etermnización?

¿Quién comprende nuestra funcion vital e inherente, como suele autodenominarse?

Fundió, canta una canción, suerte de principiantes dicen por ahí.

No es diferente la muerte en el espejo que ser el espejo de la muerte, dice uno más profeta:

No estoy duro, dice otro en ese día en que descubrió la anfeta.

Quién es el que realmente sabe... El que sabe, o él, que sabe?

Tu sabor se me aleja siniestramente hacia la derecha de mi círculo polar, y eso es peligroso.
Tu rozón de jornalero y tu traje de franciscano no muestran la compostura.
Miras a esa palapa, y me miras sonriente, te canto, te espantas.
Salto en mi interior, mientras mi envase no se mueve ni un ápice.
te esfumas, por suerte para mi hoy.
Me dejas tu resario bajo mi cama.

Algo de eso hay en un pacto.
O quién sabe qué resabio nos trae el destino.




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ya me deshice del amuleto, y aunque no ha cambiado mucho el asunto
me siento más tranquilo....
aunque haya roto aquel pacto
esopues posteen

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