Divagas, vago, tu intelecto
es de jabón y de burbujas
y aunque tengas esa pasta que te hace como los pocos
te gustan los des-vacíos de la moda
así transas
barata
tu estirpe original
y hoy
hasta trasvestiste tu espíritu:
firmes como el agua
tus intenciones del niño en el juego
y tus propuestas
que son perennes
rápido perecerán.
Sobre todos en esos raros peinados nuevos.
Y el aire bucólico
que se enrarecerá henchido de tu sapiencia subyugada al bop,
y de mi sana envidia,
será nuestra cárcel
si seguimos en este un juego gástrico.
1 comentario:
jueguito gástrico....
esos los estoy dejando de lado. esa gente ya pasa como una foto en movimiento. están pero no los veo.
yo no entiendo. cómo hay gente con penas tan grandes, dolores tan serios, historias tan trágicas... y otras se dedican a la banalidad... qué afortunados. de verdad que sí. he luchado toda mi vida por mantenerme al margen de eso pero hoy es todo lo que quiero. sonreir por ver una prenda de ropa o unos zapatos increibles. El sol brillaba tanto. Hoy la luna es más oscura que nunca.
Buenos tus escritos seba.
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